Bueno, la realidad es que me llamo Irene.
Con este nombre me bautizaron. Después, la vida me ha elegido este otro nombre por el que todos me conocen: Tía Irene.
No acabo de reconocerme bajo este nombre. Tía, es un añadido que de cierta forma clasifica mucho. Lleva consigo lo que eres y lo que no eres.
¿No lo creen?.
Yo lo llevo con un gran sentido del humor. Un rasgo de mi carácter que quien me conoce, enseguida lo resalta.
Ya nos iremos conociendo y podrán comprobarlo.
Yo les conozco perfectamente ya que tengo una hermana casada aquí y la he visitado con frecuencia. Ahora me voy a quedar una temporada que espero sea muy instructiva para ustedes ya que pese a mí profundo conocimiento de su manera de ser, siempre hay cosas que me sorprenden y que con un poco de buena voluntad opino, bueno,no: estoy segura que las podrán mejorar.
Soy una persona inquieta y no piensen que me voy a cruzar de brazos, mañana mismo les contaré mi próxima iniciativa que mi privilegiada mente crea constantemente.
Bienvenidos a mi Diario.
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