Aunque no se lo crean, los Abogados tienen también su corazoncito.
Ganen o pierdan, saben que su cliente - que les juraba amor eterno - les ignorará.
Mucho más si pierden y debe pasa la minuta.
Por eso cantan:
- Algo se muere en el alma, cuando un caso se acaba....
Esto es lo que le ha pasado al Abogado Retrete. Este fin de semana, aprovechando los fuertes calores y el triste final de "su último caso" en el que pretendía cobrar una minuta de mi dichosa Fundación, sumido en una total crisis de melancolía, ha tomado una fatal decisión.
Precintó las puertas y ventanas de su dormitorio.
Se vistió con un traje de su bisabuelo - de pura franela tejida en Manchester - incluyendo chaleco -, se puso una camisa almidonada, se colocó la corbata pseudofrancesa y por último se roció con colonia ácida.
Digamos que es un método más ancestral que meterse en el Garaje con el tubo de escape funcionando.
Pero por lo visto es igual de efectivo.
Tuve una corta relación con él.
Sinceramente no lo he sentido mucho.
Pero me parece algo cruel la dedicatoria que le enviaron sus compañeros, con la corona de flores correspondiente.
En ella rezaba:
- No te oleremos más. Tus compañeros.
La gente tiene poca delicadeza ¿No creen?
