He pemanecido unas horas en la Feria de Abril.
Fue dantesco.
¿Sé puede saber quién dijo que la lluvia en Sevilla es una maravilla?
Bien pensado, tal vez lo sea ya que así suspendieron las Corridas de Toros que tanto detesto.
En pleno diluvio, nos alojaron en una especie de poblado compuesto por edificaciones de tela y por ello, transmitían poca seguridad. Ellos les llaman Casetas.
Una vez dentro, el bullicio era ensordecedor y los víveres se basaban en jamones, pescados fritos de todas las especies y mariscos; Un desolador panorama para una vegetariana ilustre como yo.
Un señor muy elegante, con pelo liso por delante y rizos por detrás, me ofreció lo que yo entendí como una "Caña" y que debo decir me apeteció como un recuerdo a la cerveza centroeuropea.
Rápidamente volvió con un plato de una cosa que le llaman "Caña de Lomo", que inmediatamente se lo coloqué como sombrero.
- ¡Que guasa tiene la Señora! - exclamó el señor del pelo imposible...
Como un resorte, un grupo numeroso provisto de guitarras comenzó a cantar:
- Que guasa tiene la señora/ la señora tiene guasa/Etc..../Porrompompom.
Me explicaron que se llamaban Sevillanas. Al intentar instruirme en tan complicada danza, lo descarté inmediatamente, pues comprobé que era más sencillo aprender "El Lago de los Cisnes" de cabo a rabo. Y en puntas.
Así, horas y horas.
Ya de retorno, en mi habitación, tocaba las paredes que me proporcionaron una gran sensación de seguridad.
De verdad - ustedes los españoles - tienen una forma peculiar de divertirse.
